sábado, 24 de marzo de 2018

Toulouse-Lautrec y los placeres de la Belle Époque


Título: Toulouse-Lautrec y los placeres de la Belle Époque
Autora: Claire Lebalnc
            
Páginas: 107

Editorial: Fundación Cana de Isabel II
 
Precio: 27 euros

Año de edición: 2018

Todos los carteles que realizó Toulouse-Lautrec pueden verse en la sala de exposiciones que tiene la Fundación Canal de Isabel II en la madrileña Plaza de Castilla hasta el próximo 6 de mayo en una muestra por la que han pasado ya 30 000 personas en solo un mes y medio.

Se trata de una exposición que muestra los 33 carteles que realizó el pintor impresionista, el primero que elevó el cartel publicitario a la categoría de arte, acompañados de otros 32 carteles de artistas coetáneos. Bailarinas de can-can, cantantes, portadas de libros... todo el mundo de la bohemia parisina entre 1880 y 1920 puede percibirse aquí, en una ambientación muy sugerente en la que lo único que falta es el humo del tabaco porque el ruido y la música de fondo corren a cargo de fragmentos de la estupenda película de John Huston titulada «Moulin Rouge» (1952) que se proyectan en la sala.


Fueron años muy excitantes los de aquel cambio de siglo, cuando parecía que todo era posible gracias a los avances tecnológicos, volar, guardar sonidos en un disco, tener energía eléctrica en casa, ver películas de cine y mil cosas más. Los sueños de Julio Verne hechos realidad. Luego el siglo XX resultó ser otra cosa, pero entonces no se sabía y se vivieron unos años llenos de prodigios.

En 1891, el director por entonces del famoso cabaret Moulin Rouge le pidió a Toulouse-Lautrec un cartel distinto a los de habituales, hecho con total libertad creativa. El resultado fué el famoso cartel con la bailarina La Goulu y la silueta en primer plano de su pareja de baile, una imagen que triunfó inmediatamente, ha dado la vuelta el mundo entero y convirtió el cartel en arte. 


Utilizó para hacerlo la técnica de las sombras japonesas, descubiertas por Van Gogh, que viviá como él en el barrio de Montmartre.

Una exposición buenísima, que recomiendo vivamente a todos los madrileños, aunque eso sí, es mejor ir un fin de semana a las 11:00, cuando se abre al público, porque más tarde se llena de gente y las colas para entrar son considerables.

Henri Mari Raymond de Toulouse-Lautrec-Monfa (Albi, 1864-1901) nació en una familia de la nobleza francesa. Sus padres eran primos, razón por la cual tuvo una salud frágil, una grave enfermedad ósea y problemas que arrastró durante toda su vida. Tuvo una infancia feliz, pero a los catorce años tuvo una mala fractura de los dos fémures que le impidió crecer más y se quedó en 1,52 m de estatura.

Decidió ser pintor, se Instaló en París, disfrutó de la vida nocturna de la capital francesa, fué amigo de artistas, bailarines, pintores y bohemios. Pasaba horas en el Moulin Rouge dibujando todo lo que veía. Tuvo problemas con el alcohol, contrajo la sífilis y murió joven a los 36 años. En 1922, su madre y su marchante abrieron el Museo Toulouse-Lautrec en el palacio familiar, en Albi

Para acabar, aquí os dejo el vídeo oficial de la exposición.


Publicado por Antonio F. Rodríguez.

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